lunes, 13 de julio de 2020

Decepción.

Probablemente jamás deje de ser la segunda opción de nadie. 
Quizás siempre será de este modo desgarrador donde no me miren como la única, pero sé que tampoco cambiará jamás la realidad donde después se deshacen en arrepentimientos por haber abandonado a la única persona que los motivó e incentivo.  

jueves, 2 de julio de 2020

Quiero soltar.

Necesito soltar mucho dolor. Después de todo escuchar las mismas canciones que taladraron mi alma y no detuvieron la reproducción durante tantos años debían mermar en mi mente. Aún recuerdo mucho de lo qué pasó en esos días en los que creía que existía la eternidad y pienso en todo lo que me arrepiento haberte querido de una forma tan desmedida, en la forma más absurda que las personas pueden querer. 
Era una niña tonta, que poco sabía de querer, es algo claro, pero es que sabía tan poco sobre el amor que no sabía que debía quedarme con un poco para mí. Yo misma me destruí. En absurda necesidad de elevarte al escalón más alto, yo me deje en la tierra. No avancé y me estanque. 
¿Por qué jamás me asegure de que me amaras aunque fuera un poco? Es que sé ahora que amabas sentirte el ser superior de alguien, pues te vi como a un Dios. Un Dios que con su mirada podría devolverme el aire a los pulmones y la sangre al corazón. Que absurda idea, que incongruencia biológica más grande. La juventud y la inexperiencia me obligaron a poseer necedad, y así negarme a darme cuenta de que me deterioraba, pues aunque mis pulmones y mi corazón estaba bien, perdía una de mis mayores cualidades: La empatía y la fuerza, pues, la soledad que vino después me trajo muchísima oscuridad. 
Era totalmente deprimente adentrarme en mi mente pues ya no había lugar para nada. Para nadie. Ni siquiera para mi misma y el recuperarme dado que, ¿quien era yo? Había perdido todo de mi por querer complacerte, mientras que en tu mente, no hacia nada más que fastidiarte. Había perdido mi fe, había perdido la esperanza y, además, había perdido mi conexión espiritual para creer y recordarme que pronto todo estaría bien. 
Oh, mi corazón cuánto sufrió. Cuanto dolor lloro por una persona como tú, egoísta y manipuladora que siempre miro por su propio beneficio.  

Decepción.

Probablemente jamás deje de ser la segunda opción de nadie.  Quizás siempre será de este modo desgarrador donde no me miren como la única, p...